AMLO: las mentiras de un demagogo populista

Se deteriora la fachada de progresismo del presidente mexicano López Obrador

El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se presenta a sí mismo como un gran libertador, pero sus políticas son neoliberales, misóginas y dañinas para los pobres. FOTO: Carlos Tischler
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Desde su primera aparición como candidato en el ya lejano 2006, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se postuló tres veces a la presidencia como un político progresista preocupado por los temas que afectan a los mexicanos. En su victoriosa campaña de 2018, se presentó como el líder de la “Cuarta Transformación” de México, afirmando ser parte de la tradición de personajes históricos que lograron cambios estructurales a favor de los pobres durante la Guerra de Independencia de México (1810–1821), la Guerra de Reforma (1857–1861) y la Revolución Mexicana (1910–1920). Sin embargo, a pesar de todas sus promesas, la vida de la gran mayoría de mexicanos ha empeorado desde que fue elegido presidente.

Estos son solo algunos ejemplos.

Respaldo a la represión estatal y al ejército. Desde un principio, AMLO incumplió su promesa de campaña de enviar a los soldados del ejército, que desde 2006 han reforzado las fuerzas policiales nacionales, de vuelta a sus cuarteles en seis meses. En cambio, elevó el perfil nacional de las fuerzas armadas al otorgarles lucrativas concesiones comerciales como la construcción de un segundo aeropuerto internacional en el Estado de México y creó una nueva fuerza apegada al Ejército: la Guardia Nacional, haciéndola responsable de la seguridad de todo el país.

Al mismo tiempo, la estrategia de AMLO para hacer frente al crimen organizado se redujo al ineficaz lema, “abrazos y no balazos.” El resultado ha sido un aumento de la violencia y la delincuencia. En los últimos cuatro años se han registrado 121,655 homicidios dolosos, superando los 120,463 ocurridos durante todo el sexenio del presidente Felipe Calderón, quien desató la llamada “Guerra contra las Drogas” que terminó siendo nada más que un pretexto para aterrorizar a los civiles.

Las políticas de seguridad nacional de AMLO han sido un completo fracaso. Apenas en julio pasado, surgió un conflicto entre el gobierno y la Iglesia Católica cuando dos sacerdotes jesuitas fueron asesinados por narcotraficantes en el Estado de Chihuahua, lo cual desató una ola de protestas. La jerarquía de la iglesia convocó a varios “Días de Paz”. El último día, organizaron una vigilia de oración nacional pidiendo la paz entre el gobierno y los traficantes, pero aun así insistieron en que el presidente enjuiciara a los responsables de estos asesinatos.

Ataques a feministas y migrantes. En temas de género, AMLO siempre ha hecho todo lo posible por atacar, estigmatizar y socavar el movimiento feminista y lo acusa falsamente de ser un invento de los neoliberales. El año pasado, durante las elecciones para gobernador en el estado de Guerrero, respaldó a un candidato de su partido MORENA, Félix Salgado Macedonio, acusado por tres mujeres de violación, abuso sexual y violencia machista. Protegió ferozmente a Salgado. Junto a Salgado, AMLO hizo todo lo posible para minar la credibilidad de las víctimas. Además, su gobierno ha encarcelado a mujeres activistas, incluyendo a la ambientalista Kenia Hernández, y a Magda y Karla (no usan sus apellidos) que ocuparon las oficinas de la Comisión Nacional de Derechos Humanos para protestar contra el aumento de la violencia contra las mujeres. Aquí como en otros lugares ha buscado intimidar al movimiento feminista que desde el inicio de su presidencia ha protestado contra sus políticas misóginas y sexistas, como el recorte de fondos para albergues de mujeres y guarderías.

En sus conferencias de prensa diarias por televisión, AMLO ataca constantemente a periodistas, mujeres, ambientalistas y a todos aquellos que se le oponen políticamente.

En cuanto a la inmigración, ataca con crueldad a los centroamericanos, a los migrantes del Caribe e incluso a los mexicanos que viajan internamente para llegar a la frontera con Estados Unidos. Para reforzar las políticas practicadas por los agentes de inmigración estadounidenses en la frontera, AMLO envió a su recién formada Guardia Nacional a Chiapas para impedir que las caravanas de migrantes ingresen a México desde Guatemala. Hoy en día, en los aeropuertos mexicanos, los viajeros son evaluados por el color de su piel y su acento y muchos son llevados a “salas de tránsito” donde se les mantiene incomunicados, maltratados y son tortuosamente interrogados sobre si tienen la intención de emigrar a los EE. UU.

El número de familias que enfrentan la pobreza extrema ha aumentado durante el mandato de AMLO. En febrero, CONEVAL, la agencia federal que da seguimiento a las condiciones sociales, informó que el aumento porcentual anual de la pobreza extrema, definida como la incapacidad para cubrir las necesidades básicas, ha aumentado a 13.9% en las zonas rurales y 12.8% en las ciudades. Estas cifras superan la tasa de inflación anual del 7.3%.

Un neoliberal empedernido. El presidente recorta los servicios sociales para pagar la deuda pública. Su exiguo aumento del salario mínimo federal del 3.5% no es suficiente para mitigar la actual tasa de inflación ni para alterar el hecho de que México tiene algunos de los salarios más bajos del mundo. Además, impulsa políticas extractivistas para la máxima explotación de los recursos naturales.

AMLO financia proyectos a gran escala como el Tren Maya para promover el turismo y el Corredor Transístmico, que destruye tierras indígenas y daña el medio ambiente. Apoya y favorece los intereses de mega millonarios como Carlos Slim, Salinas Pliego y Hank González.

Como resultado de todas estas políticas, AMLO está perdiendo popularidad. Su partido MORENA perdió 59 diputados federales en las recientes elecciones intermedias. Hoy en día, un creciente sector de la población lo está abandonando. Los mexicanos han comenzado a percatarse de que detrás de su máscara progresista hay un agente neoliberal que hunde cada vez más al país en una crisis que no se resolverá con abrazos ni discursos de buena voluntad.

Fanny González forma parte del Consejo Editorial de El Socialista, el periódico del Partido Obrero Socialista, que es miembro del Comité por el Reagrupamiento Internacional Revolucionario (CRIR). También es socia fundadora de Aborto Legal México. Envía tus comentarios sobre este artículo a CRIRinter@gmail.com.

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