Durante la primera media década del nuevo siglo, el neoliberalismo ha causado desastres económicos y ecológicos en todo el mundo, pero al mismo tiempo ha creado oportunidades para la unidad revolucionaria. La conciencia acerca de dichas oportunidades, sobre todo desde Argentina hasta Alaska, ocupaba un lugar importante en las mentes y los corazones de los miembros y amigos del Partido de Libertad Socialista en la convención del 40avo aniversario del FSP, celebrada del 13 al 16 de enero en Pórtland, Oregón.
La nativa alaskeña Debra O’Gara de la nación Tlingit inauguró la convención, de pie bajo un vibrante estandarte. De un lado, el cuervo del norte, el ser mitológico que brinda sabiduría; del otro lado, el quetzal del sur, el ave maya de colores azul y rojo brillantes que representan la libertad.
Los prospectos para la unidad. El asunto central de la convención fue la discusión y la ratificación de un documento que analiza los estimulantes surgimientos en Venezuela, Bolivia, y en otras partes de América Latina, y lo que éstos significan para la clase trabajadora de EEUU.
La autora del documento, Guerry Hoddersen, hizo un resumen de la política hemisférica a lo largo de las décadas, culminando con el neoliberalismo. Hizo hincapié en el “liderazgo no celebrado” de las latinoamericanas. Las mujeres son las que más probabilidades tienen de presentar un serio desafío a líderes tales como Evo Morales de Bolivia, que fueron instalados en el poder por obreros, campesinos e indígenas pero que están tratando de congraciarse con el imperialismo.
Hoddersen expresó la idea de que es urgente que los trabajadores de EEUU se hagan responsables de defender a sus rebeldes hermanas y hermanos del sur, organizando su propia revuelta en la sede del Imperio ó opinión que recibió un gran apoyo de la audiencia.
Miembros del FSP y de la organización filial del partido, las Mujeres Radicales, han viajado a Venezuela, Guatemala, Brasil y a otros sitios para conocer a activistas latinoamericanos. Una panel con algunos de esos viajeros estimuló a los participantes con relatos acerca de una región en ebullición. Los camaradas participaron en la discusión para afirmar que se sentían inspirados para incrementar su estudio de las luchas latinoamericanas, para considerar los problemas de los trabajadores latinoamericanos en sus sindicatos, y para apuntarse a clases de español.
Con la ayuda de activos participantes bilingŸes que tradujeron las sesiones, tres invitados brindaron sus relatos personales de la resistencia centroamericana. Ellos fueron Marina Preza, de las Mujeres Radicales Cuzcatlecas de El Salvador; Salvador Duarte, antiguo secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria del Transporte de El Salvador; y Patricia Ramos del Centro Internacional del Trotskismo Ortodoxo y del Partido Revolucionario de Trabajadores de Costa Rica.
Los tres elogiaron la colaboración que han tenido con el FSP, y Ramos afirmó que “todos nosotros nos iremos convencidos de la necesidad de hacer realidad la unidad de todo el hemisferio”.
Después de la convención, los invitados de América Central hablaron en ciudades de la costa oeste en una gira coordinada por las Mujeres Radicales de EEUU, habiendo sido patrocinados varios de los foros por sindicatos, organizaciones de solidaridad, y grupos anti-globalización.
Los participantes de la convención aplaudieron las rebeliones en América Latina, e hicieron hincapié que el éxito de toda lucha alrededor del mundo depende últimamente de que los trabajadores de EEUU detengan a la auto-designada policía mundial del capitalismo en este país.
Se enviaron mensajes de apoyo a la convención desde otros países por parte de, entre otros, la Alianza Socialista de Australia; el Frente Juvenil Revolucionario de Guatemala; el Partido Comunista de Cuba; la Liga Socialista del Perú; la Liga Socialista de los Trabajadores de la República Dominicana; y el Campo Antiimperialista.
El hilo rojo del ámbito laboral. Los participantes estuvieron de acuerdo que es fundamental la organización en el lugar de trabajo, ya sea para planear campañas anti-guerra a nuevos niveles, para vencer los retos de la organización anti-racista en la era pos-Katrina, para oponerse a las patrullas de vigilantes anti-inmigrantes, o para obtener apoyo para candidatos electorales anti-capitalistas. El poder más grande de la clase trabajadora continúa siendo su capacidad para cesar la producción.
Un dinámico panel de sindicalistas, que incluía a Alison Thorne del FSP de Australia, explicó la gran riqueza de la experiencia adquirida por el partido durante cuatro décadas de dirigir batallas contra los patrones y de exigir que los funcionarios sindicales realmente representen a su clase. La organización del movimiento laboral, enfatizaron, necesita enlazar al activismo sindical con los problemas sociales, desde la ocupación de Irak hasta el cuidado médico y los derechos reproductores y de los gays.
Miembros de la audiencia hablaron por los micrófonos para indicar que la clave para la organización sindical es concentrarse en los aspectos fundamentales como ayudar a los trabajadores a incrementar su conciencia de clase, a identificar sus verdaderos intereses, y a reconocer la necesidad de un movimiento revolucionario capaz de crear una alternativa socialista al embrollo actual de carencias, inseguridad e injusticia. Muchos declararon que se sentían motivados, una vez más, a intensificar su trabajo en el ámbito laboral, buscando innovaciones como la creación de comités radicales con la colaboración de sindicatos diversos.
Entusiasmados para el futuro. A lo largo de la convención, y especialmente durante la sesión dirigida por el Secretario Nacional Henry Noble, los miembros del FSP planearon estrategias acerca de cómo extender el alcance trotskista y feminista del partido. Entre las innovaciones más importantes se encuentran una escuela de entrenamiento para el liderazgo, cuyo objetivo será incrementar las destrezas políticas de organizadores actuales y futuros del partido. Los participantes de la convención también reconocieron la constante importancia del sitio de la Red y de las obras impresas del partido. Se comprometieron a recaudar fondos, más entrado el 2006, para el periódico Freedom Socialist. Además, celebraron la próxima publicación por parte de la editorial Monthly Review Press de un innovador análisis del movimiento chicano escrito por Yolanda Alaniz y Megan Cornish, el cual fue publicado por entregas en el FS previamente.
Varios invitados se sintieron motivados para unirse al FSP. Mujeres y hombres entre las edades de 20 y 80 años; negro, chicano y blanco; gay y heterosexual: los nuevos miembros regresarán a las filiales de todo EEUU preparados para actuar.
A los 40 años, el FSP es maduro, rico en experiencia, arraigado en la tradición pero dedicado a incorporar fuerzas nuevas y jóvenes en la lucha por un mundo mejor. Más que nada, el partido está convencido de que al otro lado del horizonte se encuentra un futuro prometedor para nuestro hemisferio y para nuestro planeta.