El alto nivel de vida de los trabajadores de EEUU era antaño celebrado como prueba de las maravillas del sistema de lucro, aunque no todos disfrutaban de esa vida de igual forma.
Sin embargo, hoy día inclusive la élite de la clase trabajadora de EEUU se están uniendo rápidamente al resto del mundo al demostrar que, según las palabras del Manifiesto Comunista, en el capitalismo “El obrero moderno, …lejos de elevarse con el progreso de la industria, desciende siempre más y más por debajo de las condiciones de vida de su propia clase. El trabajador cae en la miseria”.
Todos los aspectos del panorama laboral de los Estados Unidos apuntan hacia un descenso a largo plazo de las condiciones de vida y de trabajo. En septiembre, Katrina y Rita barrieron con 300,000 empleos y habrá todavía más pérdidas causadas por los huracanes. Pero este desastre simplemente empeoró una situación que ya estaba deteriorado.
Desde un persistente desempleo hasta salarios y prestaciones en descenso, y la desaparición de los empleos mejor pagados y más cualificados, la mayoría trabajadora de EEUU está siendo atacada.
Desempleo oculto. Oficialmente, la tasa de desempleo es de “solamente” el 5.1 por ciento, tasa que antes se consideraba alta; sin embargo es la mitad de lo que era en 1982 y 83.
Sin embargo, esta cifra, que incluye sólo a las personas que han estado buscando empleo durante los últimos 30 días, oculta una realidad mucho más grave pues no cuenta a los desmoralizados trabajadores que se han dado por vencidos, ni a los jóvenes que buscan su primer empleo, ni a los trabajadores subempleados, aunque sólo trabajen un día por semana.
Si se consideran estos grupos, los analistas calculan que la cifra verdadera de trabajadores desempleados y subempleados es entre el 9 y el 11 por ciento: aproximadamente una de cada 10 personas.
Si se considera la enorme población de encarcelados — de cinco a 10 veces mayor que en otros países industrializados — entonces el desempleo aumenta casi otro 2 por ciento. ¡Entre los hombres africano-americanos, la tasa aumenta a más del 7 por ciento!
El pasmoso diferencial racial es ignorado generalmente; sin embargo, usando las cifras del gobierno, los africano-americanos sufren de más del doble de la tasa de desempleo que los blancos – el 9.4 por ciento comparado con el 4.5 por ciento. En el caso de los latinos, la tasa es del 6.5 por ciento.
Técnicamente, durante los últimos cuatro años hemos gozado de un periodo de recuperación económica, lo que significa que los ingresos nacionales han aumentado (en otras palabras, las ganancias).
Empero, el número de empleos apenas se ha incrementado. Según el Centro de Investigación Económica y de Políticas (Center for Economic and Policy Research), si el crecimiento de empleos durante este periodo de recuperación fuera el mismo que las tendencias pasadas, entonces 4,3 millones más de personas tendrían empleo.
Las mujeres, los trabajadores jóvenes y la gente de color han perdido una cantidad desproporcionada de empleos. Por otra parte, la disminución de los fondos para la jubilación y el aumento en los costos de cuidado médico están provocando un aumento en la tasa de empleo de personas de la tercera edad.
Los sueldos se desploman más en el caso de los más desvalidos. El descenso constante de los sueldos hace que el panorama sea peor todavía.
En octubre del 2005, el Senado rechazó las propuestas para aumentar el salario mínimo federal de $5.15 a $6.25. La última vez que se aumentó dicho salario fue ocho años antes.
¡En ese periodo de tiempo, los miembros del Senado votaron para que se aumentara en $28,000 su propio sueldo!
Si se toma en cuenta la inflación, el salario mínimo es 26 por ciento más bajo hoy día de lo que era en 1968. Mientras tanto, según el Libro de Información Mundial (World Factbook) de la CIA, “Desde 1975, prácticamente todos los incrementos en los ingresos familiares se han manifestado en el 20 por ciento de los hogares más afluentes.”
La consecuencia para los trabajadores es el aumento de la miseria.
Cuarenta y cinco millones de personas carecen de seguro médico; la tasa de mortalidad infantil de EEUU es comparable con la de Malasia, que cuenta con una cuarta parte de los ingresos nacionales de EEUU; treinta y siete millones de personas viven en la pobreza, según las normas federales, las cuales son bastante bajas.
El cálculo del Instituto de Políticas Económicas (Economic Policy Institute) referente al ingreso necesario para satisfacer las necesidades básicas de una familia con padre, madre y dos hijos es de $39,984, cifra alarmantemente cercana al ingreso familiar promedio de $44,389. Por otra parte, el ingreso medio, o el promedio de todos los ingresos, se está desplomando: ha disminuido constantemente durante los últimos cinco años.
Adiós a los buenos empleos. Día con día los empleos mejor pagados se están volviendo más escasos.
En algunos casos, los trabajos en sí están desapareciendo, se están exportando a otros países o se están haciendo innecesarios debido a los avances tecnológicos o simplemente a demandas más altas en la productividad de los trabajadores.
En otros casos, es posible que los empleos todavía existan — o algunos de ellos, en todo caso — pero el sueldo y las prestaciones se están reduciendo.
Por otra parte, en la economía en general, se está dando un descenso: según el AFL-CIO, los empleos de las industrias en expansión pagan el 21 por ciento menos que las que se están desplomando.
Sectores industriales en su totalidad, desde las aerolíneas hasta las tiendas de víveres y la industria automotriz, han programado drásticos recortes en los salarios.
La industria automotriz, con su fuerza de trabajo históricamente sindicalizada y bien pagada, sufrió un revés recientemente debido al anuncio de bancarrota de Delphi Corporation, antiguamente una división de refacciones de General Motors. A la vez que Delphi amenaza con poner en peligro las prestaciones médicas y las pensiones de los empleados que pertenecen al sindicato de United Auto Workers, también está exigiendo un 63 por ciento de recorte de sueldos.
Otras compañías simplemente están exportando sus puestos de trabajo a países en los que el nivel de vida es más bajo. Las empresas están abriendo cada vez más, no sólo fábricas, sino también establecimientos de investigación, en países como India y China, donde los sueldos son mucho más bajos aun en el caso de trabajadores técnicos y profesionales.
¿Qué se puede lograr? ¡Mucho!La respuesta a este desplome hacia el fondo, el cual contrapone a obrero contra obrero, y al empleado contra el desempleado, tiene que ser una respuesta cooperativa e internacionalista.
Por otra parte, si los trabajadores de los Estados Unidos luchan por mantenerse firmes y recuperar el terreno perdido en este país, incrementarán la fuerza obrera en todos sitios.
Podemos comenzar exigiendo:
• La reactivación de los programas de acción afirmativa para la gente de color y las mujeres, que sean efectivos siempre y cuando exista la desigualdad en el trabajo.
• Programas de obras públicas como los de los años 30, que proporcionen empleos de tiempo completo, que reconstruyan nuestra débil infraestructura, y que provean los servicios sociales y públicos esenciales.
• Fijar el salario mínimo a un nivel digno de calidad de vida, o sea, lo suficientemente alto para que las familias salgan de la pobreza y se mantengan por encima de la misma.
Si los directores ejecutivos arguyen que el sistema de lucro no puede satisfacer dichas demandas, podemos responderles que ellos han confirmado el argumento planteado por Karl Marx y Federico Engels en el Manifiesto Comunista: que la clase capitalista “no es capaz de dominar, porque no es capaz de asegurar a su esclavo la existencia ni siquiera dentro del marco de la esclavitud, porque es ve obligada a dejarle decaer hasta el punto de tener que mantenerle, en lugar de ser mantenida por él. La sociedad ya no puede vivir bajo su dominación, lo que equivale a decir que la existencia de la burguesía es, en lo sucesivo, incompatible con la de la sociedad.”