Los mortíferos frutos del neoliberalismo

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Un hemisferio indivisible: la Revolución Permanente y el neoliberalismo en América, de Guerry Hoddersen, fue adoptado en la convención de 2006 en EEUU del Partido de Libertad Socialista. A continuación se encuentran algunos fragmentos.

Los defensores del libre comercio apostaban que el neoliberalismo le daría al capitalismo su segundo aire y, por un tiempo, se lo dio. Pero durante los últimos años el neoliberalismo ha estado causando más resistencia que ganancias, no sólo en América Latina sino también en los EEUU.

La calidad de vida se ha deteriorado pues han disminuido los servicios públicos. Los fondos fiscales que se dedicaban al mantenimiento y las reparaciones se han utilizado para otorgarles beneficios fiscales a los ricos y a las corporaciones, y para financiar guerras contra las drogas, guerras por el petróleo y ocupaciones militares. El dinero fluye en un río dorado de manos de los trabajadores al gobierno y termina en un océano de ganancias para Halliburton y otros grandes contratistas.

La creciente utilización de la naturaleza contribuye al desastre. Todas las cosas, desde las semillas usadas en la agricultura hasta las secuencias genéticas que pueden hacer proclive a la población a ciertas enfermedades o problemas, se pueden patentar y vender. Lo que antaño era la herencia colectiva de la humanidad — el pozo genético de los seres humanos y los animales, el agua y aire puros — está al alcance de mejor postor.

El argumento más definitivo a favor de la revolución socialista internacional son los estragos que le causa al planeta el sistema económico imperante. En el ámbito social, igual que en el ecológico, no existen las soluciones nacionales. Las encontraremos conjuntamente o sufriremos por separado.

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