Mujeres trabajadoras: el corazón de cualquier movimiento revolucionario

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A continuación se encuentran fragmentos de una declaración de las Mujeres Radicales de El Salvador transmitida en una conmemoración del Día Internacional de la Mujer este año, el domingo 7 de marzo en el local de la Escuela Obrera y Campesina y de las Mujeres Radicales en San Salvador.

En la sociedad capitalista en la que vivimos, las mujeres son ciudadanas de segunda o tercera categoría. Además, este sistema subestima nuestra capacidad y voluntad de mejorar nuestras propias condiciones. Para que esto cambie, las mujeres debemos volvernos más activas en la vida política y hacer que nuestras voces sean escuchadas cuando exigimos nuestros derechos.

Es necesario y urgente que construyamos un movimiento de mujeres trabajadoras en El Salvador, con una amplia participación de las mujeres que ya están involucradas en la lucha a través de sindicatos, cooperativas y otros tipos de organizaciones representativas y revolucionarias.

Nuestro movimiento debe tener claro que no habrá logros para la gente trabajadora sin la toma del poder político. Nuestro propósito debe ser la emancipación de todos los hombres y mujeres oprimidos y explotados, lo cual sólo lo podemos lograr a través de nuestro propio esfuerzo.

La conciencia de clase es primordial para la emancipación de las mujeres. ¿Por qué es importante que sea éste un movimiento de mujeres trabajadoras? Porque las mujeres trabajadoras compartimos la identidad de clase: sólo tenemos nuestra capacidad para trabajar como medio para sobrevivir.

El pueblo trabajador de El Salvador — hombres, mujeres, niños y niñas — representan el 83 por ciento de una población de 6.5 millones. Esta mayoría explotada produce la riqueza de la sociedad pero se le niega el derecho a vivir una existencia verdaderamente humana. Nuestra identidad de clase informa nuestra conciencia y nuestras acciones. Como trabajadoras, tenemos la obligación de respetar y satisfacer los principios proletarios.

La lucha de clases es la fuerza que impulsa a la historia. La batalla por la liberación de las mujeres debe ser considerada dentro de este marco de referencia pues siempre y cuando los capitalistas sigan siendo la clase dominante, ni las mujeres ni los hombres serán libres. Sólo una sociedad con una economía colectiva puede producir la emancipación.

La importancia del feminismo para las mujeres y los hombres. La creación de un movimiento de mujeres trabajadoras es una tarea que requerirá tiempo, paciencia y dedicación, ya en todas partes son las mujeres las que se enfrentan con la mayoría de las dificultades para volverse políticamente activas. Sin embargo, la historia nos enseña que el éxito de un movimiento revolucionario depende del grado de participación de las mujeres.

El capitalismo, por medio de su base ideológica y de su tradición histórica, nos aísla a las mujeres de las luchas por la liberación limitando nuestro papel en la sociedad. Dicho papel no es de fácil desempeño pero se considera inferior.

Por ejemplo, las mujeres trabajan como criadoras de los hijos, como maestras, enfermeras, prostitutas y amas de casa. El sexismo convierte a las mujeres en objetos comerciales cuya labor llena los bolsillos de los patrones.

Para poder lograr la completa emancipación de las mujeres y la igualdad verdadera en todas las áreas, debemos aprender la historia del capitalismo y los medios por los cuales las mujeres han sido subyugadas por medio del estudio de libros tales como El origen de la familia, la propiedad privada y el estado de Federico Engels, La evolución de la mujer,/i> de Evelyn Reed, el Manifiesto de las Mujeres Radicales y La emancipación de las Mujeres de V.I. Lenin.

Tanto los hombres como las mujeres deben conscientizarse. Necesitamos que los hombres trabajadores comprendan la importancia de la participación política de las mujeres.

Si los dos sexos comparten las responsabilidades del trabajo, de la casa y de la educación de los hijos, las mujeres tendremos tiempo para educarnos y para desarrollar nuestras destrezas de organización.

Esto nos permitirá a las mujeres derribar los obstáculos de tiempo, habilidad y oportunidad y, de esta forma, los hombres y las mujeres podrán caminar de la mano por el sendero hacia la liberación.

Revolución: prerrequisito para el desarrollo humano. El capitalismo no apareció de repente; es el resultado del desarrollo de las fuerzas de producción en una era entera, y de guerras por medio de las cuales el más fuerte ha conquistado al más débil. Para mantener su dominio y para perpetuar su sacrosanta propiedad privada, utiliza no viene de la página sólo la guerra sino sofisticados métodos tecnológicos, el terror permanente, el control psicológico por medio de los medios masivos, y muchas otras cosas; sus costumbres, tradiciones, vicios y prejuicios dominan nuestro mundo.

No va a desaparecer fácilmente.

Sin embargo, cuando logremos llegar a comprender la sociedad en la que vivimos y lo que debemos hacer para superarla, entonces podremos deshacernos de aquéllos que nos han mantenido en la ignorancia generación tras generación. Aquéllos a quienes nosotros enriquecemos mientras ellos nos niegan nuestro bienestar material, nuestra cultura y nuestra historia. Aquéllos que nos niegan nuestros derechos, nos utilizan en sus guerras entre ellos, nos mienten con elecciones falsas y destruyen nuestro ecosistema.

Es entonces cuando podremos lograr la caída de aquéllos que nos han humillado, explotado y que se han adueñado de los frutos de nuestro trabajo por siglos.

La lucha de la clase trabajadora está encaminada a la transformación de la sociedad que nos llevará al socialismo. No olvidemos que podremos lograr dicho cambio sólo cuando las mujeres seamos conscientes de nuestra importancia en este proceso y cuando nos unamos a la lucha en grandes cantidades.

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