Cuatro décadas de supervivencia como partido revolucionario ciertamente no es nada despreciable; de hecho, esto amerita celebración y reconocimiento.
La reunión del 40avo aniversario del Partido de Libertad Socialista en enero, mi primera convención, fue una emocionante experiencia personal, la cual me permitió conocer a camaradas de todo los Estados Unidos y de Australia. Fue maravilloso poder identificar caras con nombres que había yo visto en las páginas del FS, al que contribuyo como parte del personal de producción.
Pero más que eso, la reunión fue una experiencia educativa que me mostró qué es lo que ha mantenido a flote al FSP: nuestra teoría y nuestro programa, la dedicación de miembros y simpatizantes, y nuestros logros.
Nuestro programa de asuntos múltiples se hizo ver claramente en paneles acerca de una amplia gama de asuntos que afectan la vida del pueblo de los Estados Unidos y del resto del mundo.
Escuchamos los discursos de camaradas que viajaron a América Latina para establecer nexos con otros radicales y sindicalistas que luchan con vehemencia contra el TLC, el tratado de “libre comercio” de EEUU con América Central y la República Dominicana. Hablamos de los esfuerzos de los miembros que viajaron a Nueva Orleáns para contribuir con las organizaciones de bases que ayudan a la gente olvidada y sin hogar de la Costa del Golfo. Analizamos la situación del movimiento anti-guerra e hicimos planes para nuevas iniciativas en nuestro trabajo sindical.
Como partido, somos conscientes de que es importante luchar en diversas plataformas ya que asuntos tales como el racismo y los derechos de las mujeres nos llevan a la misma lucha: la lucha de la clase trabajadora contra un sistema criminal que protege los intereses de los ricos y que se enriquece a costa de los pobres. Por eso nosotros estimulamos el liderazgo de las mujeres, de la gente de color, y de todos aquéllos que son los más oprimidos del mundo.
La convención en sí fue un tributo a la dedicación de los camaradas y amigos. El FSP de Pórtland, con la ayuda de miembros de las Mujeres Radicales y simpatizantes, se esmeraron en organizar y celebrar un hermoso y bien planificado evento de cuatro días de duración.
La convención también hizo hincapié en los logros del partido.
Las discusiones de las recientes campañas electorales del FSP demostraron que cada campaña ha sido más efectiva que las anteriores en incrementar la conciencia de las personas, algunas veces de una en una, acerca del problema capitalista y de la solución socialista. Además, los informes acerca de las actividades conjuntas del Comité Nacional de Camaradas de Color del FSP y de las Mujeres Radicales demostraron que el comité ha crecido enormemente y que ha producido nuevos líderes. Los miembros han organizado exitosos actos contra los nazis, contra los Milicianos (Minutemen) anti-inmigrantes de la frontera de California con México, y en defensa de los derechos del aborto.
La convención, la cual nos dejó vislumbrar la historia del partido por medio de informes, discursos de banquetes, y exhibiciones, me mostró la manera en que los miembros han visto subir y bajar la marea política. Nuestra asamblea del 40avo aniversario fue una comprobación de que en la barriga de la bestia continúa vivo y pujante el movimiento contra el capitalismo.
Yvonne Wright-Alley, miembro del Comité Nacional de Camaradas de Color, fue recientemente una de las conferencistas en la celebración de solidaridad con la gente de la Costa del Golfo realizada por el FSP de Seattle como parte del Mes de la Historia de los Negros.
