En abril, Arizona aprobó su discriminatoria ley de migración SB 1070 y 20 días después prohibió los estudios étnicos en las escuelas. Desde entonces se ha producido un pandemonio. El anteproyecto del Senado 1070 exige que la policía determine la condición migratoria de cualquiera que “sospeche” de no tener papeles. Esto lógicamente provoca que la gente de color y aquéllos con acento de hispanohablantes sean los afectados.
El Día del Trabajo, masivas marchas por los derechos de los inmigrantes exigieron el rechazo de SB 1070. Personalidades de los derechos civiles, los deportes y los espectáculos lo condenaron. Además, organizaciones y gobiernos locales en todo el país decidieron boicotear a este estado. También gente de color, estudiantes y profesores organizaron movilizaciones masivas contra la prohibición de los estudios étnicos.
Estos eventos intensificaron el debate sobre la inmigración, el cual se ha recrudecido desde la legislación de la reforma que se presentó en la Cámara de Representantes en diciembre pasado. Esta es el Acta de Reforma Migratoria Integral para la Seguridad y Prosperidad de EEUU de 2009 (CIR ASAP, según siglas en inglés). Al igual que el anteproyecto del cuidado médico, éste incluye unas cuantas reformas menores y muchas más estipulaciones abominables.
Los intentos de Arizona de hacer aceptable la represión de los latinos han sido espectacularmente contraproducentes. La cuestión es, ¿las protestas contra las leyes de Arizona fomentarán la oposición a los peligrosos anteproyectos propuestos en el Congreso?
La legalización de la discriminación. El CIR ASAP (también conocido como el anteproyecto Gutiérrez) incrementa el actual régimen de terror militarizando aun más la frontera. Ordena que las fuerzas públicas locales trabajen más de cerca con las autoridades migratorias federales. Refuerza la criminalización de inmigrantes sin permiso de trabajo y mantiene el vasto y abusivo sistema carcelario privado. Hace obligatorio para todos los empleados el sistema de Verificación de Empleo (“E-Verify”), el cual es actualmente voluntario en la mayoría de los casos, y exige el despido de cualquier persona cuyo número de Seguro Social no coincida con los registros oficiales. Impide que los migrantes obtengan la tarjeta verde (la residencia permanente) o la ciudadanía durante años. Y crea los cimientos para nuevos programas de “trabajadores invitados” que permiten que los patrones despidan y deporten a voluntad a los trabajadores temporales.
El borrador del anteproyecto bipartidista presentado por los senadores Schumer y Graham, y respaldado por el presidente Obama, es aún peor. Exigiría una tarjeta de identificación nacional para todos los trabajadores, la cual contendría alguna seña individual tal como las huellas digitales. Esta medida de estado policíaco pone de manifiesto el hecho de que las leyes contra los inmigrantes son, al fin y al cabo, dirigidas contra toda la gente trabajadora. Esta medida también expandiría el muro fronterizo, industria multimillonaria para subcontratistas tales como Boeing e IBM, incrementaría el personal de la Patrulla Fronteriza e incluiría la servidumbre obligada de trabajadores temporales. Su tortuoso “camino a la ciudadanía” empujaría a los inmigrantes indocumentados al final de la cola, lo cual podría implicar un proceso de hasta 20 años.
Entonces, ¿por qué no se ha producido el clamor contra este anteproyecto que ha habido contra las medidas de Arizona? Porque se creó cuidadosamente una campaña con organizaciones laborales y de inmigrantes para “vender” el anteproyecto Gutiérrez antes de que fuera presentado en el Congreso.
Al igual que en el caso de la legislación del cuidado médico, es probable que se eliminen los pocos elementos positivos para reconciliar los anteproyectos de la Cámara de Representantes y la del Senado, y que se mantengan los elementos negativos — a menos que los activistas de bases se movilicen para impedirlo.
Cómo “vender” una ley nefasta. El AFL-CIO y la federación laboral Change to Win publicaron una declaración conjunta sobre la reforma migratoria integral en abril de 2009, la cual sentó las bases para el anteproyecto Gutiérrez. Respaldaba muchas de las estipulaciones antiinmigrantes de las políticas actuales que se conservaron en el nuevo anteproyecto: el “control” de la frontera (mejor dicho, del muro fronterizo), la continuación de los programas de trabajadores temporales (invitados), y un mecanismo “seguro” de autorización de trabajadores (o sea, E-verify).
También proponía la creación de una comisión para “controlar el flujo futuro” de inmigrantes dependiendo de la escasez de mano de obra. Esto significa que los programas de trabajadores invitados están diseñados para el beneficio de las grandes corporaciones y no por políticas migratorias humanitarias. Esta declaración conjunta fue una traición y una pérdida importante para el movimiento laboral pues el AFL-CIO anteriormente se oponía a los programas de trabajadores invitados. El anteproyecto Gutiérrez diligentemente organizó la comisión con representación del movimiento laboral. Esto significa que los funcionarios laborales ayudarán a ocultar la agenda de la comisión, la cual favorece a las corporaciones.
Organizaciones comunitarias, religiosas e incluso de inmigrantes también respaldaron el anteproyecto desde el principio por sus concesiones familiares pues prohíbe los arrestos migratorios en las iglesias, las guarderías, las escuelas y los hospitales, en las cercanías de los mismos. Propone instalaciones residenciales no carcelarias para la detención de familias con niños, y autoriza a los jueces de migración a no expulsar a un padre o madre de un niño que sea ciudadano. Pero estas estipulaciones sólo se ocupan de los abusos más extremos del totalmente podrido sistema carcelario migratorio.
La red Grassroots Immigration Justice Network y muchos otros activistas instan a seguir una estrategia diferente. Ellos reconocen las importantes contribuciones que han hecho los inmigrantes y señalan el efecto nocivo de los tratados comerciales como el TLCAN para el movimiento laboral. Dichos acuerdos han explotado a los países pobres y han creado refugiados económicos a la vez que han provocado el aumento del desempleo en los EEUU. Las políticas antiinmigrantes no han hecho nada para corregir estas condiciones subyacentes. Sólo una nueva militancia de los movimientos laboral y de inmigrantes puede hacer que cambie la situación.
¿Hacia dónde nos dirigimos? Victimizar y atacar a los inmigrantes es fundamental para la derecha, tanto en el caso de muchos simpatizantes del “Partido de Té” como de las Milicias del Minuto y los nazis. El Movimiento Nacionalsocialista Nazi (NSM, según siglas en inglés) nombró el Cinco de Mayo de este año el “Día para denunciar a un ilegal” y exigió que se proteja la frontera y que se requiera que las empresas usen el sistema de E-verify. El día del aniversario de Hitler en abril, el NSM organizó provocadoramente un congreso y una manifestación en Los Ángeles, la ciudad más grande del occidente de EEUU, con una mayoría de población de inmigrantes y de gente de color. La manifestación fue dominada a gritos por miles de manifestantes anti-nazis (“Massive LA protest drowns out Nazis”).
Las otras víctimas de la derecha — sindicalistas, feministas, homosexuales, socialistas, madres solteras y doctores que practican el aborto – necesitan unirse a los activistas militantes de derechos de los inmigrantes para oponerse a los anteproyectos migratorios federales y para exigir un cese a las políticas xenofóbicas de los EEUU. Esta lucha tendrá como base la apasionada oposición a las prejuiciosas leyes de Arizona que ya han animado al movimiento.
¡No a los programas de trabajadores invitados! ¡Que se destruya el muro fronterizo! ¡Cese a las redadas y a la detención de inmigrantes! ¡Amnistía incondicional para los inmigrantes! ¡Empleos para los desempleados! ¡Repudio a las leyes antiinmigrantes y anti estudios étnicos de Arizona!
Yolanda Alaniz es activista de derechos de inmigrantes desde hace mucho tiempo y es coautora de Viva la raza: Historia de la identidad y resistencia chicanas. Contáctala en yvalaniz@yahoo.com.