Declaración del Partido de Libertad Socialista en defensa de Cuba

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Cada día los EEUU se vuelven más beligerantes y belicosos contra nuestro vecino del sur.
Una vez más, la política de EEUU está exhortando a los cubanos a transportarse por avión, barco de motor o nadando a las costas de Florida. Mientras tanto, están aumentando los reportes de secuestros mortales en Cuba. Estos actos son una consecuencia de la negativa por parte de Washington a otorgar visas a cubanos que quieren salir legalmente, y de las promesas de tratar bien a otras personas que logren llegar a “la tierra de la leche y la miel” ilegalmente, aunque sean secuestradores.
Esta política, aunada a los intentos por parte del gobierno de Bush de desestabilizar el gobierno cubano desde dentro (por medio de cuantiosos pagos y de descarados complots con los contrarrevolucionarios de la isla) ha provocado una nueva crisis en las relaciones entre EEUU y Cuba.
El encarcelamiento actual de los “disidentes” financiados por EEUU, y las recientes sentencias a muerte impuestas a los secuestradores de transbordadores, tienen que ser consideradas dentro de un contexto más amplio en las relaciones entre EEUU y Cuba, así como en el contexto de las metas imperialistas de Washington. ¿Está reaccionando Cuba de un modo exagerado a una posible amenaza de EEUU? No pensamos así. Estamos de acuerdo con la perspectiva que propone el excelente artículo titulado Cuba Crackdown: A Revolt Against the National Security Strategy por Robert Sandels, que se encuentra en CounterPunch.
Consideremos los siguientes hechos. El zar de la de América Latina de Bush, el cubano-americano Otto Reich, se está ocupando de fomentar golpes de estado en Venezuela. Mientras tanto, Colin Powell anuncia que Cuba debe permanecer en la lista de naciones terroristas, y su asistente, John Bolton, pretende que la isla está exportando tecnología biológica a naciones terroristas. Pero, por favor, relájense, dice Donald Runsfeld, ¡todavía no vamos a invadir Cuba! En esta atmósfera tan cargada, ¿es realmente difícil imaginar que Washington provoque otra salida masiva de “refugiados” cubanos para justificar una confrontación militar en la refriega resultante?
¿Qué puede hacer Cuba si EEUU ha demostrado que no está dispuesto a extraditar ni a juzgar a los secuestradores, o si EEUU se rehúsa a expedir visas para la migración legal y fomenta la inmigración ilegal? Bajo las condiciones económicas impuestas por el bloqueo, esta política es como una bomba de tiempo en la isla.
El juicio de los secuestradores de transbordadores debe ser considerado en este contexto. Los tres hombres, quienes fueron juzgados y ejecutados, habían apuntado con armas a sus rehenes, los habían amenazado de muerte varias veces y habían ordenado que el deficiente transbordador se hiciera a la innavegable mar, poniendo así en peligro la vida de todas las personas a bordo. Este secuestro fue uno de siete intentos de ese tipo en siete meses, incluyendo secuestros armados de aviones civiles. Las autoridades cubanas también hicieron fracasar los planes de más de dos docenas de secuestros adicionales. Castro afirmó que temía un éxodo masivo si no se tomaban medidas veloces para terminar rápidamente con esta estampida.
En esta situación, el gobierno cubano realizó un juicio sumario y ejecutó con brevedad a aquéllos que se declaron culpables para intentar evitar más secuestros. Nosotros habríamos preferido un juicio menos apresurado, y consideramos los largos procesos de apelación para los criminales convictos uno de los logros de la Revolución americana y de sus batallas subsecuentes. Sin embargo, nosotros no estamos en la situación de poder saber qué tan inminente era el éxodo masivo de Cuba y no podemos opinar si el gobierno cubano tenía una causa justificable para actuar de forma tan rápida. Lo que sí sabemos es que el gobierno cubano se rigió por sus propias leyes en este asunto y que tiene el derecho de defender a sus ciudadanos del sabotaje imperialista.
Con respecto a los “disidentes” encarcelados por aceptar dinero e instrucciones de los EEUU para favorecer la descarada legislación contrarrevolucionaria de Helms- Burton, el Partido de Libertad Socialista (Freedom Socialist Party, o FSP) apoya el derecho del gobierno cubano de procesar y encarcelar a los culpables.
El FSP condena de manera rotunda los continuos intentos del gobierno de EEUU de derrocar el gobierno democráticamente electo de Cuba. También defendemos el derecho de Cuba de protegerse contra la agresión de EEUU y sus maniobras de desestabilizadoras. Creemos que las medidas más fuertes que pueden adoptar Cuba y sus simpatizantes es expulsar de Cuba al Jefe de la Sección de Intereses de EEUU, James Cason, por ayudar abiertamente a los opositores de la revolución; realizar una campaña internacional para expulsar a los Yanquis de Guantánamo; oponerse públicamente a la “guerra contra el terrorismo” de EEUU; y continuar la campaña para liberar a los Cinco cubanos.
Nos preocupa que la oferta de Castro a raíz del 11 de septiembre de 2001 de ayudar a Washington en la guerra contra el terrorismo contradice la orgullosa historia cubana de oposición al imperialismo de EEUU. Dicha oferta debilitó y desorientó a muchas fuerzas de aquí y de otros sitios que están intentando descubrir las metas capitalistas de los EEUU en los ámbitos nacional e internacional. Otro caso similar es el hecho de que Castro anunciara el viaje de Jimmy Carter a la isla para promover el Proyecto Varela apoyado por Washington, así como la negativa por parte del gobierno cubano a permitir cualquier crítica de la Iglesia católica durante la visita del Papa a pesar de la oposición de la Iglesia al socialismo, los derechos reproductores y la libertad de los gays y lesbianas.
La oferta pública de cooperar con Washington en la guerra contra el terrorismo ha provocado que se multipliquen las acusaciones del gobierno de Bush contra Cuba (por ejemplo, que le han dado pistas falsas a EEUU sobre actividades terroristas, que han protegido a terroristas de Irlanda, Colombia y la región vasca, etc.). Washington no tiene ningún interés en absoluto en “cooperar” con Cuba como fue evidente cuando encarcelaron a cinco ciudadanos cubanos por recopilar información acerca de los terroristas anti-Cuba que se encontraban en EEUU, a pesar de que la información de inteligencia fue compartida con las autoridades de EEUU. El FSP es consciente de que Cuba se encuentra relativamente aislada en términos de apoyo internacional de otros gobiernos. No obstante, las masas de los pueblos de todo el mundo prestarán atención a un llamado no ambiguo a manifestarse en defensa de la Revolución cubana y en contra de la agresión de EEUU. Construyamos un movimiento alrededor de Guantánamo que se asemeje al que liberó a Vieques de las campañas de bombardeo yanquis, y denunciemos, a la vez, la falsa guerra contra el terrorismo y sustituyámosla por una campaña internacional de denuncia y oposición a las verdaderas metas de la América corporativa.

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