Muere Hugo Blanco, revolucionario histórico y dirigente campesino peruano

Foto: RolandR
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A continuación se encuentra una declaración del Partido Socialismo y Libertad (PSL) de Argentina sobre la muerte del líder revolucionario y campesino peruano Hugo Blanco. Junto con el Partido de Libertad Socialista, el PSL es uno de los miembros del Comité por el Reagrupamiento Internacional Revolucionario.

Le había ganado varias veces a la muerte. En las luchas campesinas, salvó su vida en 1963 porque sus captores no se pusieron de acuerdo en matarlo. En el año 2003 Hugo Blanco sufrió un accidente cerebrovascular del que pudo recuperarse, aunque le dejó secuelas en su organismo. El domingo 25 de junio, a los 88 años de edad, falleció en Suecia, donde habían logrado trasladarlo sus hijos para un tratamiento médico de alta complejidad y muy costoso, para el cual pidieron apoyo solidario. Esta vez la enfermedad le ganó.

Fue el dirigente indiscutido de la revolución agraria peruana, que tuvo su centro en La Convención, desatada en la década del 60 del siglo pasado.

Nacido el 15 de noviembre de 1934 en la región surandina de Cusco. Solía relatar que, siendo muy pequeño, vio como un latifundista marcaba sus iniciales a un campesino con el hierro candente que usaba para marcar su ganado, lo cual despertó en él sentimientos de solidaridad y rebeldía. Su padre era un abogado defensor de campesinos, lo que hizo que, desde muy temprana edad, conociese sus miserias y aprendiese el idioma quechua, a través del contacto con viejos dirigentes campesinos e indígenas que visitaban a su padre.

En 1954, con 20 años, vino a La Plata, Argentina, a estudiar Agronomía. Allí se integró a la organización dirigida por Nahuel Moreno, conocida por el nombre de su periódico “Palabra Obrera”, de cuya corriente histórica proviene nuestra organización.

Hugo Blanco y otros compañeros peruanos, dejaron la universidad y se fueron a trabajar en fábricas de la zona. Hugo lo hizo en el frigorífico Swift de Berisso. Cuando en Perú cayó la dictadura, él y otros compañeros regresaron, ya con la idea de fortalecer la construcción del partido revolucionario en Perú. Por ello se unió a su regreso al POR peruano.

Blanco se integró a la Federación Departamental de Trabajadores del Cusco como delegado del Sindicato Único de Vendedores de Periódicos. Luego se incorporó como campesino al Sindicato de Campesinos de Chaupimayo, parte de la Federación Provincial de Campesinos de la Convención y Lares.

A partir de impulsar la organización sindical campesina, se va convirtiendo el gran dirigente de la sublevación agraria que estalla en 1961, que tuvo su centro en la Provincia de La Convención.

El grito de ¡Ota allpa otac huañuy! (Tierra o muerte) recorrerá los valles en boca de decenas de miles de campesinos. Blanco, al llegar al Cuzco, había encontrado sólo seis sindicatos organizados. Cuando finaliza su campaña, quedarán en pie ciento cuarenta y ocho.

Los campesinos se organizan en brigadas de autodefensa para reclamar a los hacendados por los supuestos abusos cometidos. El gobierno respondió a este proceso con represión en toda la zona. Ante la escalada represiva, varios sindicatos optaron por defenderse y nombraron a Blanco para que organizara y dirigiera una autodefensa armada.

Pese a la represión, la lucha de masas campesinas obligó a los militares a considerar la demanda de reforma agraria en el gobierno del general Velasco Alvarado. Hugo fue capturado, enjuiciado y, aunque se pedía pena de muerte, era condenado a 25 años, de los cuales pasó siete en las cárceles, Velasco le ofrece trabajar para “su” reforma agraria, él se negó y propuso una reforma agraria que tenga consulta popular, que fue desestimada por el general… Finalmente es amnistiado pero deportado a México.

Fue elegido para la dirección de la Federación de campesinos durante todos los años que estuvo preso. Cuando estaba perseguido, en toda casa de campesinos de La Convención había una cama de más, era la cama para Hugo Blanco.

De su exilio en México viajó a la Argentina, donde el gobierno militar lo encarceló y expulsó a Chile. Allí, durante el gobierno de Salvador Allende, Blanco colaboró en la organización de los “Cordones Industriales”. A raíz del golpe de Augusto Pinochet fue rescatado por el embajador sueco, quien le ayudó a lograr asilo político en ese país.

En 1978 fue elegido miembro de la Asamblea Constituyente por el Frente Obrero Campesino, Estudiantil y Popular (FOCEP), cuya misión fue elaborar una nueva Carta Magna en reemplazo de la Constitución de 1933.

Tras ello, de 1980 a 1985 fue diputado por el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y en 1990 logró ser elegido senador por la Izquierda Unida, pero su gestión fue interrumpida en 1992 tras el autogolpe del expresidente Fujimori.

Hugo Blanco, aunque se había alejado en sus últimos años del trotskismo, continuó la lucha contra el imperialismo y el capitalismo, ahora desde una visión indigenista, defendiendo siempre los intereses de los explotados y oprimidos.

Las autoridades peruanas en más de una ocasión lo acusaron de terrorista. Tenían razón. Él sembraba el terror entre los dueños de la tierra y de la gente. El hombre que encabezó la lucha campesina en el Perú, el organizador de los sindicatos rurales, el que impulsó una reforma agraria nacida desde abajo y desde abajo peleada.

Hugo Blanco, hasta el socialismo!

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