Declaración emitida por el Concejo Nacional de Camaradas de Color del Partido de Libertad Socialista y Mujeres Radicales, EE. UU.
El linchamiento nunca se fue. Los poderes fácticos lo han consagrado en el poder del Estado.
Solo en los últimos cuatro meses, George Floyd, Sean Reed, Breonna Taylor, Ahmaud Arbery y Tony McDade fueron ejecutados por policías, su único “crimen” fue ser negros en los EE. UU.
En 2020. Floyd gritó: “No puedo respirar”, mientras tres policías de Minneapolis lo sujetaban bárbaramente, la rodilla mortal en su cuello provenía de Derek Chauvin, un policía blanco. Un cuarto policía impidió que los espectadores intervinieran y, en cambio, fueron testigos impotentes de las últimas espiraciones de Floyd.
Taylor, un técnico médico de emergencias, fue asesinado en una incursión de orden de búsqueda fallida. Las mujeres negras mueren a manos de la policía y son acosadas sexualmente y agredidas en números devastadores por policías. Las personas de color trans y queer, como Tony McDade, también son objetivos comunes.
Han pasado seis años desde que Eric Garner dijo “No puedo respirar” y está claro que ninguno de los policías creía que serían responsables.
Los policías protegen la propiedad privada y sirven a los ricos
La policía siempre ha estado al servicio del capitalismo y la supremacía blanca, desde sus orígenes en las patrullas de esclavos del sureste del país. Desde entonces, el poder corrosivo de la supremacía blanca se ha utilizado para engañar a los blancos de la clase trabajadora para que piensen que sus intereses recaen en los blancos ricos en lugar de sus propios hermanos y hermanas de color de clase.
Algunas personas de color extraviaron erróneamente sus lealtades con los opresores.
El policía que mantuvo alejados a los transeúntes durante el asesinato de Floyd es un asiático-estadounidense, y ha habido otros policías de color relacionados con los asesinatos de personas negras en todo el país.
Ninguna cantidad de entrenamiento de “sensibilidad” o tecnología de bodycam cambiará el ADN racista que sustenta a la policía. Deshacerse de unas pocas manzanas podridas no hará nada porque todo el maldito sistema de raíces del huerto está podrido. La violencia policial no tendrá fin hasta que nos deshagamos del capitalismo. Pero la pelea comienza aquí y ahora.
Ni siquiera tenemos que mirar los asesinatos policiales para ver ejemplos de la protección flagrante de la policía del status quo intolerante. Miremos cómo se aplica el distanciamiento social en todo el país. Las comunidades negras de la clase trabajadora están siendo brutalizadas por policías por no usar máscaras, mientras que los blancos en las zonas más ricas reciben máscaras gratis. Con la devaluación de las vidas de los negros y la súper explotación de la mano de obra negra, no sorprende que los afroamericanos se encuentren entre los más afectados por muchos problemas de salud, incluido COVID-19. Los inmigrantes, latinos e indígenas están junto a ellos.
Unidos por organizar la comunidad para que la policía renda cuentas
Los cuatro policías involucrados en el asesinato de Floyd han sido despedidos, pero ellos y todos los policías que han asesinado a personas sin sentido deben ser procesados y condenados. Exigimos restitución financiera para todas las familias de las víctimas de los asesinatos policiales.
La organización de base en la ciudad de Nueva York está ganando terreno en la lucha por la responsabilidad policial a través de una Junta Elegida de Revisión Civil, y otras ciudades deberían emprender esa lucha. Hay que tomar del presupuesto policial inflado e invertir en áreas que realmente protegerán y servirán a las personas: educación, vivienda, atención médica y programas de empleos públicos. El capitalismo y la policía van de la mano y solo podemos luchar por una verdadera rendición de cuentas de las fuerzas policiales a través de la solidaridad multirracial de la clase trabajadora.
